Pensando en lo mucho que se ha comercializado el día de las madres en sus distintas fechas en todo el mundo, mientras compraba con mi mamá los respectivos regalos a algunas madres que conocemos y apreciamos, de repente recordé que para esta misma fecha el año pasado estaba también buscando el regalo de mi abuela Mima y que ya no podré hacerlo más.
Y así una cosa tan sencilla y mundana como comprar un regalo me trajo todos los recuerdos de las cosas que compartimos con ella, sobre todo del año pasado. De cómo ella había dicho que para ese día de las madres ella lo que quería que le regalaran era ropa para un viaje familiar que teníamos programado para julio. Lo que no sabíamos es que precisamente para esa fecha ella se estaba preparando para otro viaje más importante.
Quizás por el ajetreo diario uno toma por sentado que esos "regalos" en fechas importantes van más allá de ser cosas materiales, son lazos y nos sirven de excusa para compartir con los que queremos.
Habrá quien hace regalos para salir del paso, o los que regalan electrodomésticos en una idea medio retorcida y arcaica de que a las madres hay que regalarles cosas de la casa. Que hay personas que tienen el compromiso de ver a su mamá solamente ese día y ni una sola llamadita el resto del año. Pero de alguna forma este contacto se agradece.
Por eso es mejor tomar conciencia de las personas que uno tiene alrededor, de darle su cariñito de vez en cuando, a parte de las fechas específicas (¿a quien no le gusta un regalo?) que hasta una menta se agradece.
Feliciten a cada una de las madres que conocen, sea las suyas o de otros, las de crianza...a las futuras...y comuníquense con ellas más a menudo, ya sea por teléfono, email, feibú o skype (con las tecnológicas) que cuando uno menos lo espera ya no están. Aún con las que ya no están pueden hablarles, que aunque no respondan, puede ser que se comuniquen de una manera distinta.
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