Esta semana de principios de junio y casi verano, he tenido un sueño algo recurrente. ¿Qué significa? La verdad que yo no tengo el don de interpretarlos, pero siempre me fascinó el tema de los sueños desde el punto de vista simbólico, de cómo la mente puede transformar eventos cotidianos en una experiencia totalmente surrealista. Incluso las pesadillas con sus elementos confusos son interesantes de analizar, no para interpretar sino como ejercicio narrativo.
En mi caso mis sueños más detallados y surrealistas siempre fueron las pesadillas, que por suerte ya hace mucho no las tengo. Los de los últimos años han sido sueños misteriosos con elementos totémicos y arcanos.
El de esta semana no fue la excepción. Narro según lo que pude recordar y anotar cuando me desperté.
Era por la mañana; según la luz, era entre 7:00 y 8:00, pus sólo se refleja desde la terraza a esa hora, en verano o sea que bastante temprano. Estaba acostada en el sillón mediano de la sala, todas las ventanas estaban abiertas y de repente entró desde el patio de atrás una pinchita pequeñita que se posó en mi pie, en un pulgar. Era tan mansa que no se asustó con Borges el gato, ni siquiera cuando él se puso celoso aunque en ningún momento atacó.
Anduve la casa entera con el pajarito en mi mano, pero finalmente mi papá me dijo que lo mejor era sacarlo, pues su hogar estaba afuera.
Ya estaba nublado cuando salí al jardín, llovía exageradamente y con brisa. Crucé al solar del lado que ya no estaba separado por la verja de blocks que hay en la realidad, sino que estaba separada por una malla ciclónica comunicada por una puerta lateral, como hace diez años.
La pinchita voló a su nido, que tenía en un alero de la casa del solar del lado y yo me devolví, pero ya más cautelosamente porque el terreno se había comenzado a inundar y no podía ver por dónde estaba la piscina de esa casa. Tenía miedo de resbalar o de hundirme, no porque no supiera nadar, sino porque el agua estaba bastante fría. Salí bordeando la casa.
Me di cuenta de que la ropa que habían tendido para secar en el patio se había caído con la brisa y ahora flotaba por todas partes. En ese momento me pasó por el lado la blusa azul del uniforme de Sara. Lo recogí para llevarlo adentro.
En ese momento sonó el despertador y ya no pude saber qué más iba a suceder en ese sueño lluvioso. Y así me quedé entonces con ganas de una respuesta que no voy a tener.
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